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MUNDO NATURAL

martes, 19 de marzo de 2013

Problemática pesquera en el Perú


La realidad suele colocar a los gobernantes frente a problemas cuya solución es definitoria de posiciones. El problema de la pesquería peruana es uno de esos casos. Si el actual Gobierno cometió un grave error con el retiro del equipo de Burneo del Viceministerio de Pesquería, primero, y del equipo de Majluf, después, lo práctico políticamente es rectificarlo, pues no hay nada que desfigure más la imagen de los gobernantes que empecinarse en el error. Más aún si este error significa el descuido de la deuda multimillonaria de una industria que hace años debió haber rendido cuentas a la Nación.
El desconocimiento del sector pesquero es abrumador, y la gran prensa se ocupa de no enterar a una sociedad que vive de espaldas al mar, indiferente a la problemática pesquera, de cuya solución depende en gran medida la seguridad y la soberanía alimentaria del país. Los recursos pesqueros son valores que no pertenecen a quien los explota sino a su dueño, que en el caso de los recursos marinos somos todos los ciudadanos y no un oligopolio privilegiado. De la correcta gestión de tales recursos depende el futuro del ecosistema marino y la adecuada nutrición de millones de peruanos.
Antecedentes
El sector pesquero peruano se ha caracterizado por su enfoque monoespecífico, centrado en la extracción de anchoveta para su reducción en harina de pescado, destinada a la fabricación de alimento para cerdos, aves y peces de Europa y Asia. El impacto sobre el ecosistema marino y sobre el medio no ha sido cuantificado, y el tangible no ha sido reparado. El choque socioeconómico generado por la renta que el Estado deja de percibir por derechos de pesca, impuesto a la renta y royalties tampoco ha sido cuantificado.
En los últimos 13 años, 87 mil millones de kilos de anchoveta han sido convertidos en 20 mil millones de kilos de harina de pescado (revista Pesca) destinados a la industria de alimentación animal, mientras que los niveles de desnutrición crónica en el país crecen de modo alarmante. La industria harinera ha facturado US$ 15,167’240.000 y ha pagado al Estado, como impuesto a la renta, US$ 201’076.390. El porcentaje de participación del sector pesquero en el PBI resulta ínfimo (0,34%), según datos del BCR, para un país que se ufana de poseer la pesquería más rica del planeta; y aunque el sector sigue siendo el segundo gran generador de divisas en el país (S/.1.884’000.000), su contribución a la generación de mano de obra (260.000 mil puestos de trabajo directos e indirectos) no es proporcional a la magnitud del negocio pesquero.
Resulta ofensivo que por cada tonelada de harina de pescado que se exporta (1.600 US$/TM), los empresarios pesqueros dejen tan solo US$3 como canon, que se transfiere a los beneficiarios directos tarde, mal o nunca. Resulta más ofensivo aún que ni siquiera un mínimo porcentaje de este pescado haya servido para alimentar a nuestro pueblo, mientras que el propio Estado abdicó de su función de control y vigilancia de las descargas pesqueras para delegar esta tarea fiscalizadora a las famosas “certificadoras”, financiadas por los propios empresarios sancionados por defraudar en las descargas, evadir impuestos y depredar una biomasa marina que pertenece a todos los peruanos.
El papel del Imarpe y del Viceministerio de Pesquería
En este lamentable contexto, el papel del Instituto del Mar del Perú (Imarpe) resulta clave por ser la institución que dice cómo, cuándo y cuánto pescar. Si no se respeta la opinión científica del Imarpe por privilegiar intereses particulares, entonces seguiremos el derrotero de la depredación, el abuso y la impunidad. Tras una dilatada gestión de 15 años, corrieron los vientos del cambio en el Imarpe y el Viceministerio de Pesquería. Aparentemente. Digo esto porque el ‘gatopardismo’ de quienes manejan el statu quo de la pesquería peruana admiraría al propio Lampedusa. Mientras no se realice una auditoría científica a los estudios realizados por el Imarpe y a toda la gestión durante los últimos 15 años, solo se cambiará algo para que todo siga igual, como noveló el solitario Lampedusa. Si ya de por sí el Viceministerio de Pesquería es un organismo subalterno, las graves denuncias de Kurt Burneo acerca de los repulsivos niveles de corrupción de los funcionarios de este organismo rector tornan aún más peligroso el asunto pesquero.
En la actualidad resulta innegable la merma de las poblaciones de peces e invertebrados, sobre todo los recursos costeros. No es exagerado afirmar que la sardina ha sido extinguida comercialmente, que la población de merluza es residual y ha sido revejida por la sobreexplotación e irresponsabilidad del propio Estado. ¿Dónde estaba la palabra del Imarpe entonces? ¿Quiénes eran los responsables de los estudios de merluza y sardina? ¿Quiénes dijeron que había 500 mil toneladas de merluza y luego se retractaron? ¿Quiénes otorgaban las cuotas de pesca? ¿Qué dicen ahora esos gatopardos travestidos de científicos o de funcionarios encanecidos en el Ministerio?
Las estadísticas de capturas registradas por el Imarpe han mostrado una notoria pendiente negativa de casi todas las especies, clara evidencia de la pesca depredatoria y el deterioro del medio. Esto constituye testimonio flagrante de que las investigaciones y las medidas de manejo propuestas por el Imarpe no se han dado o, peor aún, no se han cumplido. El crecimiento desmesurado del esfuerzo pesquero industrial; la pesca dentro de las 5 millas por parte de esa misma flota industrial o por la flota “vikinga”; la pesca de juveniles y de especies de consumo humano directo para convertirlas en harina, así como la continuidad de la “pesca negra”, han sido devastadoras para la mayoría de especies que sustentan la que es considerada como la pesquería más rica del planeta.
A este desorden se suma la famosa Ley de Cuotas Individuales de Pesca (DL 1084-2008), cuya maternidad se atribuye al miembro del Opus Dei y Ministro de casi todo durante el aprismo, Rafael Rey. Mediante esta siniestra ley —que Rey metió ‘al guerrazo’ como parte de los decretos del TLC, con apoyo expreso de Alan García— se lotiza la biomasa de anchoveta y el propio mar peruano y se conceden a ciertas empresas cuotas de captura perpetuas basándose en registros y en su capacidad de bodega, lo que evidentemente favorece a los malcriados del sector. Esto ha ocasionado la reconcentración de la propiedad de derechos de pesca, de barcos y plantas de procesamiento, de forma tal que en la actualidad siete empresas capturan más del 70% del total de pesca, con el agravante de que las empresas de esta argolla pueden ser vendidas a terceros, cuota incluida. Un auténtico oligopolio impuesto desde el Estado para eliminar la pregonada competencia inherente al sistema neoliberal que el propio Estado santifica mediante la “Constitución” de 1993.
A mar revuelto, ¿ganancia de pescadores?
Ante tal desbarajuste, el pueblo peruano ni se entera de las luchas intestinas dentro de la Sociedad Nacional de Pesquería (SNP). La SNP ha expulsado públicamente de su seno a la empresa Exalmar. La acusa de procesar sistemáticamente anchoveta procedente de pesca ilegal. Exalmar ha devuelto la estocada imputando a Tecnológica de Alimentos (Tasa) y otras como compradoras de pesca negra de los barcos de Oscar Peña, el denominado Rey de la Pesca Negra. Pocos se acuerdan de que la SNP calló todos los años que duró el proceso por narcotráfico a Hayduk. Durante todo este tiempo, Hayduk permaneció cobijada bajo el seno de la SNP.
Si éste es el espíritu que anima a la SNP, un gremio que se ufana de pesca responsable y ordenamiento pesquero, ¿cómo será su comportamiento frente a la riqueza marina cuya pesquería es controlada por certificadoras pagadas por ellos mismos? De continuar estas reyertas, la SNP se quedará sin agremiados y, ya se sabe, cuando los ladrones pelean, gana la gente honesta. Ya es hora de que el Perú sepa que estas riñas entre los tiburones de la pesquería ocurren por las codiciadas cuotas de pesca, de las que tan solo el 1% significa la friolera de 100 millones de dólares.
Por eso, es de justicia la inmediata revisión de las cifras y procedimientos de una política pesquera lesiva a los intereses del país.

sábado, 19 de enero de 2013

El Mundo está cambiando! y el Perú también...



La clase media en el Perú se ha convertido en la más influyente dentro del boyante crecimiento económico que ha registrado nuestro país en los últimos años; y es que entre 2004 y 2012 este nivel socioeconómico se ha expandido 64%.
El optimismo existente en el país incide directamente en que el 55% de los peruanos se considere integrante de la clase media.
En la actualidad se habla de este nivel socioeconómico como consecuencia de las mejoras económicas constantes en el Perú.
"Estos nuevos segmentos ya tienen un poco más de poder adquisitivo y son los que impulsan el consumo en el país, permitiendo que el motor de la economía funcione y evitan que se contagie del exterior y entre en crisis", indicó.
La pirámide poblacional adoptó la forma de una pera, por la presencia de una clase media más fuerte y que empieza a elevar sus necesidades.
"La conjunción del crecimiento económico, una mayor población urbana, la posibilidad laboral de las mujeres y el emprendimiento favorecieron más ingresos en las familias pobres del país", manifestó en declaraciones al diario El Peruano.
El incremento de la población urbana ha sido importante para este fin, pues en la década de 1960 Lima tenía una población de dos millones de personas y ahora, 50 años después, ésta subió a más de nueve millones.
La Lima tradicional, con padres y madres limeños, es de tres millones de personas y el resto, los otros seis millones, se encuentra en los conos y son inmigrantes.
"Fue la inmigración precisamente la que originó que la población urbana crezca. Ahora el 80% de la población peruana vive en ciudades".
La clase media está más concentrada en la periferia que en la Lima tradicional, y está creciendo rápidamente.
"Lima Norte progresa más rápido que Lima Sur o Lima Centro, pues es la zona más antigua".

viernes, 10 de diciembre de 2010

CALENTAMIENTO Y DEFORESTACIÓN




BOSQUES EN GRAVE PELIGRO.- La disminución drástica de los bosques acelera el cambio climático, aunque se sabe que la reducción de los bosques está directamente relacionada con el cambio climático y a pesar de que varios países se han comprometido a reducir sus emisiones de carbono, todavía no se hace mucho para controlar la deforestación en todo el mundo.
Lamentablemente , la falta de una visión económica para reflejar las consecuencias del cambio climático ha significado que tratemos estos asuntos con ligereza, que no estén en el centro de la escena en discusiones políticas ni sean el centro en lo que se refiere a discusiones de negocios y se deben proponer que se revisen las políticas por la pérdida de las riquezas naturales
Bosques del Mundo.- Los bosques cubren el 31% de la superficie terrestre mundial, más de 4,000 millones de hectáreas. Almacenan dióxido de carbono, constituyen algunos de los ecosistemas más diversos de la tierra y proporcionan empleo y sustento a la población. Entre el 2000 y el 2005, la región perdió 4,7 millones de hectáreas de superficie boscosa por año, la tasa de deforestación más elevada del mundo.
La mayor parte de esa pérdida de bosque se dio en América del Sur, en especial en la Amazonía. el Perú pierde anualmente un promedio de 150 mil hectáreas de bosques a causa de la deforestación y su posterior degradación. Los bosques son importantes porque constituyen el sustento de las comunidades nativas y están vinculados a su identidad. Ahí se encuentra gran parte de la biodiversidad que identifica al Perú en el cuarto lugar en el mundo en este rubro”,La selva Peruana es una de las regiones más ricas en diversidad biológica del mundo. La región de Madre de Dios tiene la selva más virgen del planeta y es conocida como la Capital Mundial de la Biodiversidad

sábado, 6 de noviembre de 2010

"El Mundo que te dejo"



Hijo mío, perdóname por el mundo que te dejo.
Que no es el mismo que me dejaron tus abuelos.
Un mundo que aniquila a animales indefensos.
Que extingue especies en mares, tierra y cielo.
Tapizado por verdes dólares, demasiado dinero,
pero con cada vez menos verdes árboles en el suelo.
En el que la vida de cada ser humano es despojo del saqueo,
un miserable despojo de la política y de los gobiernos.
Un mundo en el que inventan guerras con pretextos.
Mientras millones mueren cada mes, sin alimentos.
Un mundo que tiene poco amor y demasiado sexo.
En el que no existe el "por favor" ni el agradecimiento.
Un mundo con muy poco de Dios, y mucho del clero,
quien hizo que millones de incrédulos se vuelvan ateos.
En el que tomar agua pura se vuelve un privilegio.
Un mundo en el que los pobres matan a los pobres
tan solo por un celular, una bicicleta, o poco dinero.
En el que, aunque cada vez hay en todo más expertos,
aumenta la falta de trabajo y cunde el desempleo.
En el que los verdaderos valores se fueron perdiendo,
reemplazados por la cultura del entretenimiento.
Me hubiera gustado poder cuidarlo, y atenderlo,
y así entregártelo tal cual lo tenían mis viejos.
O mejor me hubiera gustado dejarte un mundo nuevo.
Pero hoy ya no me queda más tiempo.
Porque cuando leas esto, yo ya estaré muerto,
y con tus manos llevarás mi cuerpo al cementerio.
Perdóname, hijo mío, por el mundo que te dejo.




Copyright © Rubén Sada 2008. 26-05-2008

CUIDEMOS NUESTRO HABITAT NATURAL



Las pilas son generadores Portátiles que convierten la energía química en eléctrica. Por sus características químicas, pueden considerarse residuos nocivos con presencia de metales pesados.
Las pilas alcalinas, están compuestas por dióxído de manganeso y zinc, y las comunes por zinc y carbono.
Respecto a las micropilas, existen diferentes clases: las constituidas por zinc-aire, las alcalinas, las de óxido de plata, las de lítio y 1as óxido de mercurio, habiendo una larga lista de otros componentes.
Según estudios especializados, una micro pila de mercurio, puede llegar a contaminar 600.000 litros de agua, una de zinc-aire 12.000 litros, una de óxido de plata 14.000 litros y una pila común 3.000 litros.
Al descomponerse la capa protectora que las recubre, se liberan los metales que contienen, y allí se produce la contaminación.
Entre las consecuencias que pueden acarrear estos metales en los seres humanos y animales podemos citar:
En el caso del mercurio, daños en el sistema nervioso, fallas renales, trastornos gastrointestinales y de acuerdo con la dimensión de su ingestión, hasta la muerte;
el manganeso (óxido de manganeso) puede afectar tanto el sistema nervioso central como e1 hígado;
las sales de plata, el zinc, el litio, el cadmio, también son elementos nocivos para la salud, si por algún motivo se incorporan al organismo.